El confit es una manera de preparar la carne en previsión de su conservación. Consiste en cocinar las distintas partes del pato en su propia grasa y conservarlas en dicha grasa. Los egipcios en tiempos de los Grandes Faraones y los romanos fueron los primeros en confitar patos y ocas, que conservaban en vasijas de barro y que consumían cuando la tierra era poco fecunda, en sus viajes en barco o en períodos de grandes desastres.

El confit de pato (o muslo de pato confitado) es uno de los platos más apreciados en cualquier gastronomía. Simplemente hay que desgrasar las piezas al baño maría y hornear los muslos para dorar la piel. Se recomienda acompañarlo de alguna salsa o mermelada de frutos rojos.

En Malvasía crian a los patos en semilibertad, en grandes extensiones con trigo típico de la zona, para obtener animales grandes y atléticos listos para el embuche. El embuche se realiza de forma manual por sus maestros, pato a pato, con maíz en grano, y permite a cada animal adulto obtener el mejor hígado graso, tan preciado por el paladar, en armonía con el desarrollo físico del pato. La obtención de un buen hígado graso y de los derivados cárnicos del pato requiere mucho cuidado y saber hacer tradicional.