Tarima Hill se elabora con uvas monastrell exclusivamente; una uva autóctona capaz de resistir y adaptarse a extremas condiciones climáticas, así como a la escasez de lluvias, como las que encontramos en la zona alicantina. Son viñedos de edades comprendidas entre los 40 y los 75 años, plantados en vaso sobre suelos calcáreos y con unos rendimientos muy bajos. Unas características que se traducen, gracias al buen trabajo de Bodegas Volver, en un vino fresco y muy bien equilibrado.

En copa presenta un color picota muy atractivo, capa media-alta. Esa viveza y una lágrima que desciende lentamente y tiñe la copa, además de una etiqueta que nos indica un 15% de alcohol, nos hace pensar que el vino será realmente poderoso. Y poderoso es, pero elegante también. No le tengamos miedo, esa densidad queda inmediatamente contrastada (y equilibrada) por un gran frescor en nariz y un rico abanico de aromas: fruta madura (arándanos, moras) y golosa, notas de especias dulces, suaves notas ahumadas, notas terrosas y un fondo mineral que gana protagonismo a medida que el vino va abriéndose en copa (recomendamos abrir la botella una hora antes de degustarlo y dejarlo reposar en copa unos instantes). La nariz es seductora. En boca Tarima Hill se muestra corpulento, potente y jugoso, con unos taninos marcados pero pulidos que sostienen su buena estructura y auguran una buena evolución. Cierra el recorrido un retrogusto con un suave amargor de chocolate negro; serio y elegante.