La salsa picante de pimiento rojo de los marineros del Cantábrico. Desaparecida durante más de 100 años, era el "mejunje" resultante de las cayenas y los vegetales que los valientes marineros del Cantábrico conservaban macerando en sidra (convertida en vinagre).

Esta salsa les calentaba el estómago y el alma, y camuflaba sus lágrimas de sufrimiento con las lágrimas del propio picante, así podían llorar sin vergüenza todo el dolor que llevaban dentro. Además, descubrieron grandes propiedades saludables y preventivas en ella.

Elaborada exclusivamente con ingredientes naturales, tiene un sabor intenso y aventurero y debe ser consumida con precaución. Una salsa destinada a paladares valientes.